con los nombres vulgares de prádano o arce blanco. Lo caracterizan sus hojas palmeadas, grandes, con 5 lóbulos puntiagudos y un peciolo rojo brillante, y por otro lado sus frutos, típicas disámaras que forman entre sí un ángulo aproximado de 90º o menos.
Es un árbol relativamente frecuente en el tercio norte de la Península Ibérica, ocupando de forma natural zonas de suelos frescos y profundos, por lo que se lo puede observar en bosques atlánticos, zonas de montaña, y en las riberas de los ríos en zonas más bajas, casi siempre en 2ª o 3ª línea, pues sus raíces son superficiales y no va bien en suelos permanentemente saturados de agua ni encharcables. Resiste bastante bien el frío. Por lo demás, no es muy exigente, indiferente al pH hasta cierto punto, y capaz de establecerse y progresar en suelos degradados, contaminados, e incluso con altos niveles de caliza activa o yeso, siempre que cuente con humedad en el subsuelo. Teniendo humedad edáfica, es capaz incluso de desarrollarse en zonas del norte con ambiente mediterráneo, como el de la siguiente imagen:
Aunque se conocen pocas experiencias de plantaciones puras de Acer pseudoplatanus en nuestro país, las observaciones que hemos hecho en SORBUS Servicios Medioambientales nos muestran una especie con buena tendencia en su forma y sorprendentes crecimientos parciales en estaciones climáticamente desfavorables, siempre y cuando cuente con riegos o humedad edáfica suficiente.