Capítulo 5º: Plantación
Puedes ver el capítulo anterior (Ahoyado ) aquí
Y por fin, llega el momento de plantar nuestros árboles en sus ubicaciones definitivas. La época más adecuada para plantar árboles o arbustos se da durante la parada invernal de los mismos. Así, la teoría nos dice que cualquier punto del invierno es válido. En la práctica nos encontraremos que esto está en función de la climatología propia de nuestra zona, y de la meteorología que se produzca en las semanas elegidas para la labor.
En zonas donde el invierno no sea especialmente frío, es decir, en la mayoría de las áreas españolas, se puede acometer la plantación en el otoño, justo tras la caída de las hojas, lo que otorga la ventaja de que pueden desarrollarse nuevas raicillas antes de la parada vegetativa, y esto ayuda a una mejor brotación primaveral posterior. Por el contrario, en las zonas de invierno más duro (entornos circundantes del Sistema Ibérico, Sistema Central, Pirineos, y Cordillera Cantábrica), es más recomendable esperar al final del invierno, dejando pasar las épocas de mayores fríos. Un plantón recién colocado en el suelo, aunque esté en parada vegetativa, puede morir fácilmente si padece una helada demasiado intensa, cobertura prolongada de nieve… En nuestro caso, provincia de Soria, en el entorno del Sistema Ibérico Norte, y a 1.067 m de altitud, lo recomendable era esperar a finales de invierno-principios de primavera. Así pues, se acometió la plantación en la segunda mitad del mes de marzo.
Nuestro material vegetal consistía en:
  • 23 nogales autóctonos (Juglans regia L.) de 1 y 2 savias, de 5 procedencias distintas de Soria y Burgos, provenientes de semilla de árboles seleccionados por su aptitud para la producción maderera.
  • 2 serbales (Sorbus domestica) de procedencia soriana, también obtenidos por semilla (2 savias).
  • 8 árboles con objetivo frutal: 2 cerezos (2 savias), 2 avellanos (2 savias), 2 manzanos (4 savias) y 2 ciruelos (3 savias).
Los plantones permanecieron en contenedores forestales FP1200 hasta el momento de su colocación en sus respectivos hoyos. Al extraer los plantones de sus respectivos contenedores, se observaron cuidadosamente sus caracteres cualitativos en tallo (unicidad, desviaciones, estado de las yemas, sanidad) y en raíces (forma). Esto nos permitió descartar pies con raíces reviradas, como el de la siguiente imagen:

 

En cambio, una raíz pivotante recta y fuerte, de la que parten radialmente las raicillas finas absorbentes, caracteriza a plantones con mejor potencial de desarrollo.

Los plantones se sanean y repican, esto es, se cortan con tijeras las raicillas partidas y dañadas, y se podan en general las puntas de todas las demás para estimular nuevos crecimientos ya en el suelo. Cada planta se ubica en el centro del hueco, y éste se rellena cuidadosamente con la tierra removida que se extrajo de él, en mezcla con el propio sustrato que traía el contenedor, hasta que el nivel del suelo alcance la zona del cuello del árbol (dejando éste al aire) y el plantón quede sujeto por el terreno sin posibilidad de caerse, con sus raíces en contacto total con el sustrato.

No está de más tirar levemente de las plantitas hacia arriba en el último momento del rellenado, para favorecer que las raíces apunten hacia abajo y no se retuerzan. Luego el suelo se pisa alrededor para evitar que las raíces tengan huecos de aire excesivos a su alrededor y así no se sequen.

En su caso, se termina colocando tutores y protectores individuales, muy necesarios en el objetivo maderable. En otros casos, las parcelas están valladas o se instala un cercado al efecto de prevenir las agresiones de los animales salvajes.
Formamos alcorques redondos de más de 1 metro de radio alrededor de los árboles, conformando así el espacio que mantendremos siempre libre de competencia herbácea. En la foto vemos el alcorque realizado para delimitar el espacio limpio regable en uno de los manzanos recién colocados. 

Por último, un riego de generoso en cada alcorque, unos 20-30 litros (en función de la textura del suelo), pues toda operación de transplante siempre supone un estrés para las plantas y hay que luchar contra la desecación de las raíces en esas primeras horas críticas.

El siguiente capítulo (brotación ) lo puedes ver aquí