Como corresponde a un equipo que toma su nombre de ellos, mucho hemos hablado ya de los árboles del género Sorbus en este blog, desde la aptitud agroforestal del Sorbus domestica y su adaptación a las zonas altas y despobladas del interior peninsular (ver aquí), hasta la aptitud frutal de mostajos y serbales autóctonos de distintas especies (ver aquí), o de las plantaciones de doble aptitud (click aquí) y experimentales (en Burgos y en Soria) en que los empleamos.

Hoy queremos hablaros simplemente de pies monumentales de Sorbus domestica, y concretamente de los añejos y descomunales individuos que siguen resistiendo en el entorno de la sierra de Pela, la estribación soriana del Sistema Central. Allí donde el ser humano prácticamente ha desaparecido, donde las ruinas de pueblos abandonados hace solo unas décadas se confunden con las milenarias de la increíble ciudad celtíbera y romana de Tiermes, el Sorbus domestica fue un árbol importante, y todavía hoy se distingue el predominio de su colorido follaje otoñal en  poblaciones silvestres de las cuencas de ríos con nombres tan sugerentes como Pedro, Tiermes y Caracena, que viajan desde la fresca sierra de Pela hacia la cercana Ribera del Duero vitinícola.

En las poblaciones naturales de serbal de la zona encontramos pies forestales de gran aptitud,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

mientras en los entornos de los pueblos de la comarca es fácil topar con árboles antaño utilizados para obtener frutos, las jerbas, coincidentes en cosecha con las vendimias. Algunos de ellos son monumentales, la zona concentra los individuos mayores de la provincia, y muy probablemente estén entre los mayores y más antiguos de la región: