Miño de San Esteban, SORIA (abril de 2022).

Los esfuerzos de tantos años del Programa Español para la evaluación y conservación de los recursos genéticos de los olmos y la obtención de individuos resistentes a la grafiosis han permitido disponer hoy en día de materiales vegetales autóctonos con los que, poco a poco, ir devolviendo a una de nuestras especies más emblemáticas a sus espacios naturales. De los múltiples valores del olmo autóctono (Ulmus minor) en la Península Ibérica ya tratamos en su día (ver aquí).

Sin embargo, para volver a disfrutar de las antiguas olmedas que antaño poblaban nuestras riberas, generando ecosistemas increíblemente diversos, nunca está de más dar un empujón. Desde SORBUS, creemos que una de las mejores maneras para proteger el monte es darle valor, y, con ese ánimo, hemos considerado la posibilidad de que el olmo recupere su sitio como materia prima forestal, ya que su madera presenta unas características excelentes para multitud de usos. No hace tanto tiempo que grandes vigas de olmo cargaban el peso de muchas casas, o servían de armazón excepcionalmente resistente para construir carros perdurables. Todavía hoy vemos grandes husos de olmo en los lagares antiguos de algunas zonas vinícolas.

En definitiva, devolverles a nuestros olmos su interés forestal. Que además de su gran valor cultural y ecológico, las olmedas puedan considerarse como una alternativa real a las choperas en aquellos terrenos en los que las segundas no presenten buen rendimiento potencial.

Para ello, es fundamental caracterizar el comportamiento productivo de los materiales vegetales de OLMOS resistentes a la grafiosis. Hay que evaluar su velocidad de crecimiento, su arquitectura natural de copas, su dominancia apical, etc. Por todo esto, en su día concebimos la posibilidad de implementar un ensayo de campo con diversos materiales vegetales, en el que poder evaluar, medir y comparar parámetros forestales durante un periodo de tiempo prolongado, y así generar modelos previsibles de comportamiento productivo del olmo, que nos permitan compararlo con el resto de alternativas. En SORBUS creemos que, además, para evaluar su potencialidad edafoclimática, el olmo ibérico debiera ensayarse en zona climática adversa, y, de paso, en zona rural desfavorecida, donde más falta hace abrir nuevos caminos. Así, nos pusimos en contacto con personas valientes y comprometidas, como Javier Martín Olmos (¡sí, además se apellida «Olmos»!) de la Asociación Tierras Sorianas del Cid, que nos remitió al Ayuntamiento de Miño de San Esteban, cuya corporación ha puesto todo de su parte con ilusión para que el proyecto pudiera llevarse a cabo en sus terrenos municipales.

Contactamos entonces con investigadores del programa del olmo, tanto del MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) como de la ETSI Montes de la UPM (Universidad Politécnica de Madrid), les explicamos la iniciativa, e inmediatamente encontramos en ellos los mejores aliados. Desde el primer momento apoyaron la idea, aseguraron el suministro de las plantas, asesoraron la elección de los clones resistentes que mejores características aparentes de partida presentaban para el ensayo, y pusieron todas las facilidades.

El diseño del ensayo corrió a cargo de SORBUS Bosques Multifuncionales. Tras caracterizar la estación a plantar, una chopera cortada el año pasado en la vega del Arroyo de la Laguna, mediante la toma de datos (botánicos, fisiográficos, climáticos), la apertura de una calicata, y los análisis de suelo, se determinó su idoneidad para el objetivo. Se optó para el experimento por una mezcla de 100 olmos de 4 clones autóctonos diferentes (Dehesa de Amaniel, Retiro, Ademuz, Majadahonda) elegidos por los especialistas del MITECO (David León) y la UPM (David Medel) como aquellos con un mayor potencial productivo forestal a priori. Para reforzar el carácter aplicado de esta experiencia, desde SORBUS decidimos completar la finca de ensayo con 3 frondosas autóctonas productoras de maderas nobles, cuyos parámetros de crecimiento y calidad están perfectamente caracterizados y por lo tanto sirven como testigo y base de comparación. Se trata de Fresno del País (Fraxinus angustifolia), Fresno europeo o de hoja ancha (Fraxinus excelsior) y Serbal (Sorbus domestica), todos ellos de semilla con procedencia de la RIU16 («Páramos del Duero y Fosa de Almazán»), a la que pertenece también el municipio.

 

Por fin, el 27 de marzo de 2022, tras labores previas de preparación del terreno, replanteo y ahoyado con retroexcavadora (en todas las cuales contamos con la inestimable ayuda y la pericia de los ingenieros Javier Martín Olmos y Enrique Onrubia Sobrino, ambos ligados a Miño), un grupo de aguerridos voluntarios del propio Miño y alrededores, dirigidos por el especialista de SORBUS, Jose C. Santana, llevaron a cabo la plantación.

Haremos distintas mediciones cada campaña durante los próximos años, con las que esperamos poder modelizar el comportamiento del OLMO y compararlo con el de las especies de control.